Esfuerzos
En esta edición del Niusléter hablamos del poder de Lazos de Amor Mariano y les contamos de nuestro cubrimiento del Festival Estéreo Picnic.
Esta semana la Cámara de Representantes debatió y aprobó en segundo debate el proyecto de ley que busca prohibir las mal llamadas “terapias de conversión”, reconocidas oficialmente como “Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual, Identidad o Expresión de Género”. Es decir: las formas en las que -sobre todo organizaciones religiosas- pretenden “curar” a las personas LGBTIQ+ de su orientación sexual o identidad de género, y las torturas a las que les someten.
Uno de los congresistas que más se opone a esa prohibición de las “terapias de conversión” es Luis Miguel López, representante a la Cámara por Antioquia del partido Conservador. En la plenaria, López pidió eliminar la palabra “esfuerzos” del proyecto porque, según él, da lugar a que “cualquier cosa sea considerada un esfuerzo”.
“Esfuerzos”: rezos, exorcismos, violaciones sexuales, palizas, desnudez forzada, tratamientos hormonales, hipnosis o lobotomías que la ONU define como tortura.
A esos “esfuerzos” fue sometido el joven antioqueño David Zuluaga. Tenía 12 años cuando entró a Lazos de Amor Mariano, una congregación católica de laicos fundada en Medellín que se define a sí misma como “radical”. David le contó a El Espectador que las terapias comenzaron cuando tenía 14 y le confesó a la directora local de Lazos en Carmen de Viboral (que además es su prima), que le gustaban los hombres. Ella resolvió que debían “expulsar el espíritu de la homosexualidad” de su cuerpo y lo obligaron a rezar, a meterse piedras en los zapatos y a ayunar. El ayuno prolongado le causó úlcera gástrica y David no podía dejar de vomitar.
“Decían ‘vas a entregarle ese sacrificio, esa mortificación a Jesús y María, para que te ayuden a liberarte’”, contó. David no olvida el día en que uno de los misioneros de Lazos lo agarró a codazos en el estómago para que “vomitara su pecado”.
Lazos de Amor Mariano tiene aprobación diocesana, es decir, permiso de la Arquidiócesis de Medellín para operar en Antioquia y, por lo mismo, el apoyo de sus párrocos católicos. Tiene también 178 sedes en 27 departamentos de Colombia, y 70 sedes en 16 países del mundo. Tiene colegios, centros de atención para adultos mayores y habitantes de calle; una productora de televisión y de radio. Y tiene un mensaje que ya no solo es religioso, sino político: El representante a la Cámara Luis Miguel López, el que se opone a la palabra “esfuerzos” en el proyecto de ley que busca prohibir las mal llamadas “terapias de conversión” en Colombia, es misionero de Lazos de Amor Mariano y se eligió con su apoyo. Igual que su fórmula, el senador Mauricio Giraldo, como contamos en esta historia que hicimos junto con Manifiesta Media.
Lazos de Amor Mariano insiste en que no hace política. El pasado 1 de marzo, y a través de sus redes sociales, el director de Lazos de Amor Mariano publicó un comunicado de 10 puntos donde señaló que todas las actuaciones de misioneros de Lazos en política se hacían a título personal: “lo que dicen y hacen es responsabilidad enteramente suya” y “tampoco ejercen ningún tipo de representación política del mismo”, dice.
Aún así, sus misioneros son los principales opositores al proyecto de ley que quiere prohibir los “acompañamientos” que hace y promueve Lazos y que la ONU define como tortura.
Aún así, cada vez hay más misioneros y seguidores de Lazos en política electoral. Ya no solo tienen dos curules en el Congreso sino también las alcaldías de Marinilla y Granada en el oriente antioqueño, un diputado en la Asamblea de Antioquia, un concejal en el Concejo de Medellín, 18 concejales en otros municipios y dos puestos en las Juntas Administradoras Locales.
Todo un “esfuerzo” político que ellos no solo han aplaudido, como dice su director, sino que han apoyado directamente, como contamos nosotras.
Natalia Arenas, directora de 070
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Esta semana y por segundo año consecutivo, nos lanzamos a cubrir el Festival Estéreo Picnic, el festival de música que más mueve plata y público en este país. Más allá de poner la mirada en la tarima –que igual sí lo vamos a hacer en algunos casos puntuales–, volvemos con la idea de meternos de cabeza entre la fauna festivalera, ponerle el ojo al consumo de substancias en este espacio que se vende como una liberación colectiva y estar muy atentos del papel que tendrá el distrito en este evento que por primera vez se hará en el Parque Simón Bolívar. Recordemos que este hito en la historia del festival fue el primer anuncio en cultura por parte del recién electo alcalde Carlos Fernando Galán y es LA apuesta para supuestamente promover el turismo, la inversión extranjera y posicionar a Bogotá internacionalmente. Todo esto está por verse. Por ahora les invitamos a seguir nuestro cubrimiento desde las redes de Cerosetenta.
Eduardo Santos, reportero y editor de audiencias de 070